Esta guitarra flamenca forma parte de la colección personal de Solera Flamenca, está construida por el legendario guitarrero Santos Hernández en el año 1928. Este guitarrero fue el discípulo más destacado de Manuel Ramírez, para el que trabajó durante 23 años. En el año 1918 abrió su propio taller en la calle Aduana 23. Desde 1916 hasta su muerte en 1943 se estima que construyó cerca de 300 guitarras. Grandes concertistas de la época trabajaron con sus guitarras, como Ramón Montoya, Andrés Segovia, Sabicas, Niño Ricardo, Regino Sainz de la Maza, entre otros.

Su sonido es realmente precioso: ronca y brillante en sus bordones y dulce y cristalina en sus tiples, una guitarra con el sello inconfundible de Santos Hernández, con un timbre vivo y profundamente flamenco que ha sido referencia para los grandes guitarreros del pasado y del presente. Su carácter, su calidad de sonido, su calidez y temperamento junto a su ligereza y comodidad convierten a este instrumento en una autentica obra maestra de la guitarreria española. Esta es, sin lugar a dudas, una de las mejores guitarras que han pasado por nuestras manos y tanto la calidad de su sonido como de construcción son para nosotros un referente a la hora de escoger nuestras guitarras.