Rafael Riqueni, nacido en 1962 en Triana (Sevilla), mostró un talento extraordinario desde muy joven: debutó como solista a los doce años y a los catorce ganó los dos premios nacionales de guitarra flamenca más importantes, galardones que repetiría en 1981.

En 1986 publica Juego de Niños, primer capítulo de una discografía fundamental para la música española, donde introduce un lenguaje armónico innovador que define su estilo personal, marcado por influencias clásicas. Su segundo disco, Flamenco, se convierte en obra de culto y contiene piezas históricas como la Minera “Villa Rosa”. La consagración llega con Mi Tiempo (1990), confirmando su lugar como uno de los grandes renovadores de la guitarra flamenca.

A este éxito le siguen Suite Sevilla (1992), obra conceptual de raíz flamenca y estética clásica, y Maestros (1994), dedicado a figuras míticas como Niño Ricardo, Esteban de Sanlúcar y Sabicas. En 1996 publica Alcázar de Cristal, último trabajo antes de un retiro de 21 años motivado por una tragedia personal. Durante ese periodo realiza pocas apariciones públicas, especialmente junto a Enrique Morente.

Su reaparición llega en 2014 en la Bienal de Flamenco, donde recibe el Giraldillo a la Maestría. En 2015 presenta Parque de María Luisa en un concierto histórico, y el disco se publica en 2017 con Universal Music, celebrando el regreso de uno de los grandes genios del flamenco contemporáneo.

Posteriormente, Riqueni continúa ampliando su legado con Herencia en 2021 y Nerja en 2025, consolidando una etapa de madurez artística y expansión creativa.

El estilo de Riqueni, profundamente flamenco en su base, evoluciona mediante influencias de la música clásica y contemporánea. Críticos como Norberto Torres destacan su afinidad con la estética romántica —libertad formal, sentimentalismo y complejidad armónica—, mientras otros subrayan su musicalidad innata y un toque preciosista que lo sitúan entre los guitarristas más sensibles y personales de su generación.