Guitarra flamenca Arcángel Fernández 1958 nº62

Esta guitarra flamenca ha sido construida por el maestro guitarrero Arcángel Fernández en el año 1958, considerado uno de los mejores constructores de guitarras de la historia. Sus instrumentos son muy difíciles de conseguir debido a que prácticamente la totalidad de estos fueron comprados por coleccionistas de Japón. Sus guitarras son elogiadas por guitarreros, coleccionistas y guitarristas del mundo entero.

Las maderas de esta guitarra flamenca son de la más alta calidad existente. La tapa de pino-abeto presenta un veteado muy marcado, recto y uniforme en toda su superficie, los aros y fondo son de un ciprés de una belleza y calidad supremas. Arcángel Fernández era extremadamente selectivo a la hora de escoger maderas para la construcción de sus guitarras, buscaba la excelencia en acústica y belleza y esto se puede apreciar en todas y cada una de las guitarras que construyó a lo largo de su vida.

Esta guitarra flamenca se presenta como una gran oportunidad de conseguir un instrumento de la mas alta categoría a un precio muy reducido. El sonido de las guitarras de Arcángel Fernández de los años ’50 y ’60 es especialmente apreciado y guarda una estrecha similitud con las guitarras de Marcelo Barbero, aunque aportando un ápice de personalidad muy distintivo y especial. Esta guitarra resulta especialmente interesante si tenemos en cuenta la fecha en que fue construida, una fecha que podríamos considerar como la primera época del guitarrero, puesto que en este año (1958) Arcángel Fernández se independizó como artesano tras trabajar durante un año para la viuda de su maestro Marcelo Barbero tras la muerte de este en el año 1956, de quien heredó todos los secretos y conocimientos del oficio.

A pesar de presentar una altura de cuerdas algo más elevada de lo habitual para una guitarra flamenca, cabe destacar la suavidad de pulsación que ofrece tanto para la mano izquierda como para la mano derecha, resultando extremadamente cómoda y fácil de tocar para el guitarristas de cualquier nivel.

La guitarra presenta algunas fisuras en tapa, aros y fondo reparadas magistralmente por el mismo Arcángel Fernández, todas ellas son de carácter leve y superficial, tanto es así que resulta imposible localizarlas desde la parte exterior de la guitarra (salvo la del fondo, que se aprecia con mayor facilidad) y hay que recurrir a inspeccionar su interior para poder localizarlas. El barniz de nitrocelulosa fue restaurado por Arcángel en la misma fecha que su reparación, en la década de los años ’80.