Esta guitarra flamenca ha sido construida por el maestro guitarrero Francisco Barba en el año 1995. Considerado uno de los mejores constructores de guitarras del mundo, sus guitarras han sido elogiadas y son utilizadas por guitarreros, coleccionistas y guitarristas como Niño de Pura, Manuel Molina, Rafael Riqueni, Pepe Habichuela… y un largo etc.
Las maderas escogidas para esta guitarra flamenca son Cedro del Canadá para la tapa armónica, con un veteado recto y uniforme y Palosanto de Brasil para aros y fondo de tono achocolatado con unas aguas preciosas. Esta madera ha sido seleccionada por su extraordinaria belleza y cualidades sonoras, siendo esta última característica la principal prioridad de Francisco Barba a la hora de escoger maderas.
Esta guitarra flamenca presenta un sonido realmente asombroso. Como siempre hemos defendido y reconocido el sonido de las guitarras de Francisco Barba es ya parte de la historia de la guitarra flamenca pero de tanto en tanto aparecen verdaderas obras de arte excepcionales como la que aquí os presentamos. Este instrumento es perfecto en todos los sentidos: volumen, proyección, nitidez, equilibrio… lo tiene todo, solo probándola se entenderá la rotundidad de estas palabras. Una guitarra realmente especial con un timbre que nos recuerda mucho a la guitarra Miguel Rodríguez del año 1968 que perteneció al maestro Rafael Riqueni y que tenemos la suerte de tener en nuestra colección privada.
La pulsación de esta guitarra flamenca es media, y la distancia de cuerdas en diapasón y selleta es perfecta, factores que contribuyen a facilitar la ejecución y aportan comodidad al guitarrista.
El estado de conservación de esta guitarra flamenca es excelente y original en su totalidad, sin grietas ni reparaciones de ningún tipo.