Esta guitarra flamenca fue construida por el guitarrero almeriense Gerundino Fernández en el año 1970, este artesano está considerado uno de los mejores guitarreros de la historia a pesar de ser autodidacta y llevar una vida bohemia hacia el final de su carrera. Sus guitarras han paseado por los mejores escenarios del mundo de la mano de concertistas como Paco Peña, Tomatito, Raimundo Amador… etc.

Esta guitarra flamenca data del año 1970, considerada por muchos, la época de mayor esplendor de la vida del guitarrero (1970-1980), construida con unas maderas muy seleccionadas, la tapa de cedro del Canadá presenta un veteado rectilíneo, uniforme y muy marcado en toda su superficie, los aros y fondo son de un ciprés sencillamente «perfecto».

Esta guitarra flamenca es probablemente una de las mejores que hemos visto a lo largo de nuestra carrera. Quizá el termino que mejor describa este timbre tan especial sea “cristalino”, porque las notas que despide son claras, nítidas y de una precisión quirúrgica. Su carácter es profundamente jondo y flamenco. Esta guitarra ha pertenecido a un aficionado que le ha dedicado innumerables horas al instrumento y esto es un factor que puede apreciarse en el propio timbre de este y en la calidad del mismo.

Esta guitarra tiene la tan apreciada pulsación “de rebote” en la mano derecha combinada con una suavidad espectacular en la mano izquierda, consiguiendo el “instrumento perfecto” para pasar horas y horas tocando sin cansarse y con una agradable sensación de facilidad.

El estado es bueno, presenta algunas fisuras perfectamente reparadas y documentadas y ha sido barnizada por encima en algunas zonas concretas con la intención de detener y minimizar el desgaste por el uso intensivo al que se sometía el instrumento, esto le otorga un aspecto poco estético pero hemos decidido conservarlo de este modo dado que el barniz general es el original.

Esta guitarra ha formado parte de la colección privada de Solera Flamenca.