Esta guitarra flamenca está construida por el legendario guitarrero Miguel Rodríguez en el taller de la calle alfaros nº 15 (Córdoba) en el año 1976. Sus guitarras son objeto de deseo para coleccionistas y concertistas de todo el mundo tanto por su perfecta y esmerada construcción como por el carácter y personalidad propios que estas guitarras poseen.

Las maderas de esta guitarra flamenca son de la más alta calidad existente. La tapa de cedro canadiense presenta un veteado muy marcado, recto y uniforme en toda su superficie, los aros y fondo son de un ciprés de una belleza y calidad supremas. Miguel Rodríguez era extremadamente selectivo a la hora de escoger maderas para la construcción de sus guitarras, buscaba la excelencia en acústica y belleza y esto se puede apreciar en todas y cada una de las guitarras que construyó a lo largo de su vida.

El sonido que desprende esta guitarra es realmente espectacular. Posee ese timbre tan especial y característico que distingue las guitarras de este guitarrero del resto. Los bordones son roncos y profundos, con un sonido “hueco” que curiosamente también encontramos en sus tiples, esto realza y equilibra el conjunto de manera sublime. Los rasgueos con esta guitarra son sencillamente insuperables: nítidos, rotos y brillantes, pero con esa madurez añadida que el paso de los años le han otorgado.

La pulsación de esta guitarra flamenca es media con una altura de cuerdas reducida tanto en el diapasón como en la selleta, proporcionando al guitarrista una gran comodidad en ambas manos y facilidad en el toque.

El estado de esta guitarra flamenca es muy bueno y original en su totalidad, tan solo presenta dos pequeñas fisuras de carácter superficial en la tapa armónica, una en la parte más externa y ancha de la tapa y la otra en la parte inferior del puente que no precisan reparación alguna dada su levedad.