Semblanza familiar de tres guitarras


En Solera Flamenca tenemos la necesidad de compartir con todos vosotros, clientes y amigos, esta preciosa y emotiva semblanza que nos ha llegado de parte de la familia de la cual provienen las tres últimas guitarras expuestas en nuestra web:

Hermanos Conde 1976

Hermanos Conde 1966

Conde Hermanos 1977 2ª

Un bonito y generoso gesto que nos llega al alma y que nos motiva a seguir trabajando de la misma forma o mejor, dando el cien por cien de nosotros, por y para el flamenco, cuidando y respetando a cada cliente e intentando situar la guitarra flamenca donde debe estar; en lo más alto de la cultura musical española.

Estas tres guitarras son instrumentos de la más alta categoría y cargados de historia, pues han pertenecido a dos grandes guitarristas que desarrollaron su carrera en el efervescente México de los años ’60-’70, un país en el que nuestro folclore se popularizó a tal nivel que muchos artistas españoles del flamenco de la época emigraron motivados por la facilidad a la hora de encontrar trabajo en el panorama flamenco en este alejado continente.

 

 

A continuación, exponemos la transcripción exacta de esta semblanza que nos acerca un poquito a la historia que hay tras estas tres guitarras y su procedencia y en la que la madre de Antonio y esposa de Juan Muñoz nos expresa su deseo de que las guitarras lleguen a manos de un guitarrista que las continué haciendo sonar para que estas vuelvan a tener vida como la tuvieron en el pasado.

Nos despedimos no sin antes expresar nuestro más sincero agradecimiento a Raquel Ruiz y a su família por la confianza depositada en nosotros y por su generosidad a la hora de compartir y permitirnos exponer en nuestra web esta importante parte de su vida e historia familiar a través de esta semblanza.

GRÁCIAS.

FOTO: José Muñoz y Antonio Muñoz con estas guitarras

«José Muñoz Sánchez y Antonio Muñoz, Carrera Guitarristas

José Muñoz Sánchez

Nació en Lunel, Francia el 26 de julio de 1926. Sus padres regresan a Barcelona y se integran a su familia. Llega a México en 1955 y es recibido en el aeropuerto de la ciudad por el Niño del Brillante (cantaor), quien lo integra al efervescente mundo flamenco que ya existía en México. Los tablaos que había en México y que ahora, tristemente, ya no están son: Gitanerías, El corral de la morería, El Rincón de Goya, El Duende, Mezón Triana entre algunos. Así fue como empezó Pepe su aportación artística en el ámbito flamenco de México iniciando una amistad y hermandad con Leo Amaya, Francisco Muriana (Niño del Brillante), Niño Caravaca, Antonia Amaya, y su esposo Chiquito de Triana. Más tarde con Paquito Millet, (guitarrista), el poeta gitano Agustín Rivero y el gran poeta granadino Manuel Benítez Carrasco. Continuó trabajando con Rafael de Córdoba por toda la Unión Americana. Y otra larga temporada con la compañía de Roberto Iglesia en gira mundial.

Así mismo, trabajó con Manolo Caracol y su hija Luisa en su espectáculo flamenco una larga temporada. En los años sesentas se casó y en 1963 nace su hijo Antonio Muñoz al que formó y preparó desde los tres años como guitarrista, dejándole su sitio en el mundo flamenco de esta nación mexicana. Antonio se ganó el respeto y cariño por su propio derecho y talento natural.

Hoy las guitarras de Pepe y Toño están mudas, las pongo en sus manos con todo mi dolor pero con la esperanza de que ustedes hagan vibrar esas cuerdas en manos buenas, sensibles y maravillosas como las de ellos dos. Qué el flamenco continúe resonando por siempre en el mundo entero como una alabanza eterna.

Con cariño y agradecimiento mío y de toda mi familia Raquel Ruiz esposa y madre.»