GRACIANO TARRAGÓ: Dos guitarras de este ilustre músico y compositor en Solera Flamenca


Recientemente hemos adquirido dos guitarras del ilustre musico y compositor catalán Graciano Tarragó, una de las figuras más importantes e influyentes de la historia de la guitarra española del siglo XX.

Una guitarra construida por el maestro guitarrero Enrique Garcia en el año 1916 (VER HACIENDO CLICK AQUÍ) y otra de D. Antonio de Torres del año 1869 con una historia muy particular, puesto que se trata de una replica construida por el guitarrero Francisco Simplicio y que os contamos extensamente en el reportaje de la guitarra (VER HACIENDO CLICK AQUÍ). Dos guitarras maravillosas pertenecientes a una de las figuras más ilustres e influyentes de la musica española del siglo XX.

Estas dos guitarras historicas han sido adquiridas directamente de la familia Tarragó, quienes nos recibieron con gran amabilidad y a quienes queremos dedicar estas líneas para  expresar nuestro agradecimiento por el excelente trato recibido y por depositar en nosotros la confianza para la tasación y posterior venta de estos importantes instrumentos. A lo largo de todo este reportaje os ofreceremos fotografias originales del artista  cedidas por la familia para la realización del mismo.

Graciano Tarragó junto a su hija Renata Tarragó

Graciano Tarragó nació en el año 1892 en la ciudad de Salamanca y murió en 1973 en Barcelona. Al cumplir los cinco años, su familia (de origen leridano) se instaló en la ciudad de Barcelona. Con tan solo nueve años de edad ingresó en el Conservatorio del Liceo para estudiar violín y guitarra. En 1908 se trasladó al Real Conservatorio de Madrid donde obtuvo los títulos de violín y de viola, habiendo tenido como profesor de armonía al maestro Bartolomé Pérez Casas (compositor y director de orquesta, alumno de Felip Pedrell) y de violín a Antonio Fernández Bordas (compositor y discípulo de Pablo Sarasate). Al volver a Barcelona en el año 1912, amplió estudios de armonía y composición con Vicente M. Gibert (organista y compositor, alumno de Felip Pedrell y Lluís Millet) y perfeccionó los conocimientos de guitarra con el maestro Miguel Llobet (alumno de Francisco Tárrega y destacado intérprete y compositor).

A lo largo de su larga carrera artística, participó permanentemente en la vida musical del país, no sólo como guitarrista, sino también como intérprete de violín y de viola. Fue primer viola solista de la Orquesta Sinfónica de Barcelona fundada por Joan Lamote de Grignon, de la Orquesta de Pau Casals y de la del Gran Teatro del Liceo entre otros, así como de destacadas agrupaciones camerísticas en las que colaboró con músicos como Eduard Toldrà, Pau Casals, Santos Sagrera, Josep Trotta y Manuel Guerin, entre otros. Fue miembro y fundador del «Cuarteto Ibérico».

En el año 1933 se incorporó como profesor de guitarra en el CSM del Liceo y en 1956 recibió el encargo de confeccionar el primer programa oficial de la asignatura de guitarra con carácter estatal. En el año 1936 ganó el Primer Premio del «Concurso Internacional de Composición para Guitarra» celebrado en la ciudad de Bolonia (Italia) con la obra «Canción de cuna». Colaboró, desde sus inicios, con «Ars Musicae», formación instrumental pionera en España en el cultivo de la música antigua interpretada con instrumentos históricos, creada por el musicólogo cura Higini Inglés.

Entre los años 1950 y 1965 efectuó, junto a su hija Renata Tarragó, varias giras por España y Europa, actuando, en numerosas ocasiones, con Victoria del Angels, a quien había descubierto en el aula de guitarra del Conservatorio del Liceo. En 1971 creó el «Cuarteto Tarragó» (cuatro guitarras) el cual se convertiría, entre los años 1975 y 1985, en el grupo de cámara español con más actividad concertística en todo el mundo.

La figura de Graciano Tarragó ha tenido una especial relevancia en el campo pedagógico así como en de la composición de obras para guitarra, contando con un amplio catálogo de obras que lo hacen merecedor de un lugar destacado en la historia de la música española del siglo XX.

La obra para guitarra de Graciano Tarragó le acredita como uno de los miembros más destacados de la escuela catalana iniciada por Francisco Tarrega, de la que formaron parte las dos importantes generaciones de guitarristas que le sucedieron.