Las primeras guitarras del proyecto SECUOYA ya están aquí!


Desde Solera Flamenca escribimos estas lineas para informaros que acabamos de recibir las dos primeras guitarras construidas con la madera de Secuoya que adquirimos hace unos meses y que distribuimos entre los mejores guitarreros para que nos construyeran unas guitarras de una calidad superior, exclusivas y únicas. (PODEIS ACCEDER A LA NOTICIA HACIENDO CLIC AQUI)

Dos guitarras del constructor Jerónimo Pérez, una de palosanto de India y otra de ciprés, con las que hemos logrado superar cualquier expectativa posible. Son simplemente dos auténticas joyas del más alto nivel que podéis ver y escuchar desde ya y por separado en el apartado de guitarras nuevas en stock de nuestra web. (Haz CLIC en la imagen para ir al sitio)

La madera de sequoia es una madera de gran calidad, muy conocida por varios motivos. Entre estos destacan su elevado precio, el tamaño y longevidad del árbol.

Con este nombre es habitual hacer referencia a varias maderas. Por un lado, la sequoia sempervirens, que es la que nos interesa y que es originaría del Oeste de Estados Unidos, más concretamente de California.

La sequoia sempervirens, puede llegar a vivir 3.000 años, superar los 100 metros de altura y llegar prácticamente a los 8 metros de diámetro. Es sin lugar a dudas un árbol espectacular, todo un gigante. De hecho, se pueden encontrar fotografías antiguas donde puede ver una pequeña carretera pasando por debajo de uno de estos ejemplares.

La sequoia se ha convertido en la madera más cara del mundo, llegándose a pagar por ella hasta los 1.500 euros por metro cúbico. Este árbol cuyo nombre fue escogido en honor al jefe cheroqui Sequoyah, es característico de los Estados Unidos. Sus bosques se localizan casi de manera exclusiva en el norte del continente americano, concretamente en la costa de California y en Oregón.

Como se puede apreciar, en estas guitarras no se ha escatimado en poner lo mejor de lo mejor y el resultado es sencillamente espectacular. Una calidad de sonido, proyección, volumen y nitidez que cualquier persona puede apreciar con tan solo acariciar sus cuerdas.