Manuel de la Chica está considerado el guitarrero más importante de Granada hasta la fecha.
Su forma de construcción y su calidad de sonido son a menudo comparadas con las guitarras del maestro Marcelo Barbero, puesto que ambos colaboraron en la construcción de varias guitarras que Santos Hernández dejó parcialmente construidas en el momento de su muerte.
En el año 1973, siendo ya un guitarrero de reconocido prestigio, se vio obligado a abandonar el oficio debido a complicaciones de salud ocasionadas por la inhalación de polvo y sustancias químicas.
Sus guitarras son reconocidas y apreciadas por coleccionistas, guitarreros y guitarristas de todo el mundo.